20091030
-PADMASAMBHAVA, CAMINO DEL TÍBET
En "La historia de la liberación del Gurú nacido del Loto" se relata la autobiografía de Padmasambhava. Su texto fue ocultado durante el siglo VIII y redescubierto en la Roca de Karmai Damchen por Orgyen Chokyur Lingpa. La edición consultada ahora es del 2002, en traducción al castellano de Fernando Mora, que acabo de conseguir después de algún tiempo de búsqueda. Conviene matizar el sentido del término "biografía" si se aplica a este tipo de textos: en tibetano, "namtar", quiere decir estrictamente "liberación completa", y se trata de narraciones simbólicas que describen el camino de los grandes maestros para alcanzar la iluminación y pretenden por ello servir como guías para quienes sientan la misma aspiración. Cada escuela o linaje de la tradición tibetana suele contar con relatos análogos que cumplen esa función.
En el inicio de su biografía, dirigiéndose al Tíbet, Padmasambhava somete a los diferentes tipos de entidades diabólicas que amenazan su llegada al País de las Nieves. Dice así, en un fragmento:
"Así, a orillas del lago Nyimakhud -ya en el Tíbet- subyugué a los espíritus caníbales y a los dioses feroces de las montañas, obligándolos a todos a prestar juramento de obediencia al Dharma. En el paso de Khala dominé a las doce guardianas feroces de los desfiladeros mientras que, en el norte, subyugué a Shamed -la protectora de la Montaña Blanca-, a la protectora Tinglomen y a todos los señores de la tierra de las regiones norteñas. Y, en la región de Tsang, también subyugué a los espíritus de la peste de Oyug, de modo que todos ellos prestaron juramento de obediencia al Dharma. Después, en Phuru, vencí a Dorjelegpa (en la imagen), rey de los espíritus malignos y los espíritus caníbales y, en Osam, dominé a Thanglha, señor de las plagas y la peste. Todos ellos juraron obediencia al Dharma. En Tisey -en el monte Kailash-, subyugué a las fuerzas estelares de las mansiones lunares mientras que, en Targo, puse bajo mandato del Dharma a las fuerzas planetarias oscuras. En los lagos Chukmo y Matsu Ngonmo derroté a los poderosos espíritus femeninos del agua. En la roca de Damtik, aplaqué al señor acuático de la peste y, en Rotamnakpo, sometí a la madre de las enfermedades contagiosas. Todos ellos sin excepción fueron obligados a servir al Dharma." Esa guerra implacable que Padmasambhava relata es la de todos: para ordenarse en una dirección, la vida necesita someter las distintas fuerzas que en ella pugnan por caminar a su ritmo, en sentidos distintos. Organizar, dirigir, sacrificar, vencer, derrotar, subyugar son sólo sinónimos de vivir con .. un .. sentido.
Fuente: "La leyenda de la Gran Stupa"(2002). Ed. La llave. Vitoria-Gasteiz. Pág.92
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