20120603

CON EL VIENTO

Si escucho bien y me abandono a todo
lo que nos dice más -y es siendo, solo-
entonces de repente el viento viene
del Norte y del revés: aullando el lobo!
Las sombras en que vuelves, 
como nieve, 
se funden con la luz y al poco
el gallo canta en rojo, 
las aguas del estanque se estremecen 
y un ave iridiscente audaz avanza, 
portando entre sus plumas la oración. 
Hay hojas en el suelo que de lejos 
dijeron hace  tiempo que es el tiempo
para empezar a andar. 
Firme y derecho, 
abriéndose a esa voz que calla siempre, 
y en cualquier ocasión 
rompe el silencio. 
Los pájaros cantando;
el sol espléndido...
Hay grillos en el suelo; están despiertos,
y el viento ahora y después 
-de golpe- 
varió su dirección. 
También habla el que dieron ya por muerto.