El nacimiento de Padmasambhava queda envuelto en una nube de versiones distintas, que no permiten conceder a ninguna de ellas el valor de la autenticidad. El relato mítico lo presenta nacido de un loto gigante en el lago de Udiyana, y encontrado en su interior cuando aparentaba ya una edad de ocho años. La zona de Udiyana se sitúa, según muchos, en el actual valle del Swat, en la frontera afgano-pakistaní. Quien esté atento a las noticias diarias de estos meses podrá asociar ese territorio con las crónicas del conflicto talibán. Volveremos a ello otro día. La fotografía, sin embargo, no es de ahí. Recoge una imagen de las estribaciones del Himalaya en la vertiente sur, en territorio de Garwal-Kumaon, India. Se trata del paraje de Rawalsa, y ha sido también postulado como lugar del nacimiento de Padmasambhava. Al menos, así lo afirman los consorcios de promoción turística de la zona. Qué haya de cierto en ello es algo que nadie habrá podido contrastar, pero sí nos indica que también ahora, la presencia del Gurú Rinpoché continua siendo apreciada y reconocida como señal de mérito. Buena parte de las tradiciones sobre las que las culturas se construyen no dejan de ser sino invenciones por las que se autojustifican y a través de las que establecen fundamentos imaginarios para sus prácticas reales. El lugar de nacimiento de Padmasambhava puede ser considerado también uno de esos territorios cuya localización exacta nunca podrá ser comprobada, pero que son reales para la gente que comparte creencias, y que por eso mismo -por lo menos, por eso mismo- cobran un innegable poder para nosotros. La devoción los hace sagrados, y eso siempre es cierto. En cualquier caso, el lugar es espléndido. Hace años viajé de Delhi a Ladakh, y esa zona se encuentra más o menos a mitad de camino, relativamente próxima a la ciudad de Manali. No se trata ni de las altas cumbres ni del valle profundo, a mitad también en su altura. Y Manali no es precisamente un lugar salvaje, sino un centro turístico con instalaciones confortables en un lugar agreste: a mitad también entre dos estilos de vida bien distintos. Manali ha sido un foco de atracción para el asentamiento de un buen número de refugiados tibetanos; no lejos de allí, en Dharamsala, tiene su sede el gobierno tibetano en el exilio. La verdad es que entonces no sabía nada sobre la atribución del nacimiento de Padmasambhava a esos lugares, y tampoco demasiado sobre la misma figura del Gurú Rinpoché. Simplemente, me atrajo el destino con la suficiente fuerza como para decidir mi movimiento. Una vez allí sentí, sin embargo, que era un lugar en el que yo podría vivir. Esa sensación, para un hombre sedentario como yo, no es muy frecuente.
.
Fuente: http://www.buddhanet.net/himalayas.htm
1 comentario:
Has dado en la diana.
Sigue asi.
Un fuerte abrazo.
Publicar un comentario