Las huellas de los pies de Padmasambhava puntean las cimas del Himalaya, en un recorrido sagrado para los habitantes de la zona. Se dice que "para inspirar fe a futuras generaciones, dejó marcas de su cuerpo en Bumthang, huellas de sus manos en Namtso Chugmo y de sus pies en Paro Drakar, así como en otros innumerables lugares de práctica" (Biografía de Padmasambhava, por el primer Jamgon Kongtrül, en "Enseñanzas a la Dakini"(2006), Ed.Imagina, Donostia, pág. 28)). Y es así: en la vertiente sur de los Himalayas, en los alrededores de Manali, en Sikkim, en el interior de algunas cuevas del Tibet, en Bhutan... se hayan impresas en piedra huellas de pies de apariencia humana. Cuál sea su origen, es algo que se nos escapa y que quizá nunca nadie podrá confirmar con absoluta certeza. La creencia milenaria y la devoción aseguran que son los pies de Padmasambhava, y así se presentan aquí, sin dudar de ello. La primera foto, sobre piedra gris, refleja una de esas huellas en el reino de Sikkim, con ofrenda de flores.
En la segunda foto , en la pared y resaltada en dorado, otra señal de la presencia del Gurú Rinpoché, en el interior de una cueva, junto al lago de Tsopema, en el norte de la India, donde se produjo el encuentro entre Padmasambhava y su primera consorte, Mandarava.
Otra marca del pie calzado de Padmasambhava, en algún lugar no identificado del Himalaya, con ofrenda de monedas y billetes, quizá solicitando prosperidad para el futuro.
Y finalmente, dos huellas más, en el valle de Muktinath, en la zona de los Annapurnas, en Nepal. Una de ellas es la marca del pie derecho desnudo, y la otra la impresión del pie calzado. En el valle de Muktinath se localiza uno de los linajes budistas de la escuela Nyingma, ininterrumpidos en transmisión directa desde su fundación, hace cientos de años. En la tradición tántrica, Muktinath es uno de los 24 lugares sagrados, y un foco de peregrinación. En él las dakinis bailan en el cielo sus danzas de sabiduría permanente.
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