20090602
-BANDERAS DE ORACIÓN
La imagen del Gurú Rinpoché ondea en muchas de las innumerables banderas de oración que el viento mueve en las cimas de los Himalayas. La mirada firme, su expresión severa e irónica a la vez, la concentración del gesto, su atavío tradicional, las señales que lo distinguen, todo está expuesto al azar de las corrientes del aire en las cumbres. Su presencia se expande con su impulso; sus palabras nos acompañan a través de los elementos y la sabiduría que encierran crece con ellos. El aire la arrastra, el agua la disuelve y la infiltra en la tierra, la nieve la condensa, el hielo le da la solidez del diamante. La luz del sol la transforma.
La cultura tibetana expresa en el uso tradicional, y tan frecuente, de las banderas de oración su confianza básica en el simple poder de la presencia. Una imagen es también presencia de lo que representa. Su efectividad como factor de reestructuración de la experiencia y de reordenación de las manifestaciones del mundo les parece segura. Padmasambhava ondea, circula, agita, se encoge, extiende, cubre y se recoge, amplía su dimensión al oscilar desde las cimas del planeta según quiere el viento. Los humanos, simplemente, posibilitan que sea así al disponerlo en exposición pública.
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