20091229

-DESTRUCCIÓN EN KALIYUGA

Cap. 4º: LA LEYENDA DE LA GRAN STUPA DE JARUNGKHASOR



En las profecías budistas se incluye a menudo la descripción de períodos de extrema dureza y de grandes padecimientos y dificultades. También la Gran Stupa sufrirá efectos desastrosos en su forma temporal, pero no en su naturaleza esencial que es “indestructible, inviolable e incorruptible”. Sin embargo, la descripción que Padmasambhava ofrece de las atrocidades y miserias que acompañarán la época del Kaliyuga lleva a dudar de la capacidad de la Gran Stupa para sostener su firme corazón y su potencia. No resulta fácil encontrar relatos en la historia de la literatura de tan alto dramatismo, ni descripciones más vívidas de lo que de peor hemos podido concebir los humanos. Kaliyuga arrastrará con todo; seleccionar una referencia que ilustre la magnitud de las desgracias que induce llevaría inevitablemente a disminuir el impacto terrible de las que no nombremos. Me arriesgo, sin embargo, a intentar una mirada en diagonal al texto en que pueda resaltarse a qué tipo de riesgos se enfrenta la humanidad en el tiempo sombrío de Kaliyuga. Padma dijo así: “los sacerdotes y los líderes espirituales se entregarán al robo, al bandolerismo y al pillaje. Todo este desorden acabará desembocando en un clima de pánico y completo caos que se propagará como un fuego incontrolado. Los seres más corruptos y egoístas devendrán dirigentes políticos… La negligencia en los deberes religiosos desatará a los espíritus de la oscuridad que hasta entonces habían sido controlados por el poder del ritual… Las encarnaciones de la maldad y el egoísmo serán veneradas como maestros, al tiempo que las consecuciones de los auténticos adeptos tántricos se verán menoscabadas… los necios, los bribones e incluso los asesinos portarán la túnica sagrada y los monjes se cubrirán con vestidos extranjeros…. La ruptura del orden celestial atraerá plagas, hambruna y guerras que asolarán la vida sobre la luz de la tierra. Los planetas se saldrán de sus órbitas y las estrellas saltarán de sus constelaciones…” Hay algo impresionante, al menos para mí, en la última frase que recojo, y su impacto resuena y perdura más allá de la lectura: “El nudo del hilo de seda que sujeta a las fuerzas demoníacas será desatado, y cortado el cordón de la fe que mantiene el equilibrio de la mente humana”. Oh Kaliyuga!

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En medio de semejante panorama, se augura también –no podría ser menos- la destrucción de la Gran Stupa. Sin embargo, la fuerza de las calamidades y el estado de postración de la humanidad despertará la mente de una persona que “aborrecido de la vigente condición humana, favorecido en sus acciones por mí y guiado por su amor y compasión hacia todos los seres que sufren, dedicará sus esfuerzos a la restauración de la Gran Stupa”. Al oír estas palabras del Gurú Rinpoché, surgió de entre la asamblea que le escuchaba quien quiso de inmediato asumir esa tarea, cuando llegara el tiempo de Kaliyuga: Padma Gungtsan se postró cien veces ante el Gurú y solicitó encargarse de la renovación de la Gran Stupa en ese oscuro futuro. Renacemos para reconstruir lo que nosotros mismos hemos destruido, Oh Kaliyuga! Y no es posible mucho más que aceptarlo así, tal como es.

2 comentarios:

Jesus dijo...

Es el Kaliyuga y parece que nadie se da cuenta.

Josep C. dijo...

Hola, no había visto el comentario hasta hoy. Gracias por tu lectura! El texto impresiona; en Kaliyuga o no, sin embargo, creo que la tarea que corresponde es siempre la misma. La Leyenda de la Gran Stupa nos da buenas pistas acerca de cuál es.