Había numerosos críticos del Dzogchen en ese tiempo, debido a que estas enseñanzas iban más allá de los códigos de la moral convencional – incluyendo el principio del karma. La idea de que el karma no era un sistema mecanicista de causa y efecto, sino que en realidad era una manifestación ilusoria de percepción errónea y respuesta condicionada, resultaba muy amenazadora para la jerarquía religiosa. Por esa razón fueron transmitidas en secreto, ya que se veían como un peligro para la población general que no disponía de las condiciones necesarias para entenderlas correctamente. Antes de su regreso al Tíbet, Vairochana se encontró también con Garab Dorje, el primer maestro humano de Dzogchen, de quien recibió enseñanzas adicionales. A su regreso enseñó todo lo que había recibido, también en secreto, y prosiguió en la tarea como traductor que le dió renombre y prestigio. Después de este periodo fue enviado al exilio, desacreditado y humillado, víctima de rumores y maledicencias propagadas por facciones indias que querían evitar el acceso a las enseñanzas del Dzogchen. Temían esos grupos que el Dzogchen pudiera ‘perderse en el Tíbet’, y para evitarlo difundieron el rumor de que lo que Vairochana había llevado al Tíbet no era más que hechicería. Los ministros del Rey opinaban que Vairochana debía ser ejecutado, pero el Rey no estaba de acuerdo e ideó el plan de arrojar al río a un mendigo que se parecía físicamente al traductor Vairochana mientras éste permanecía escondido en la cavidad de un pilar del palacio. Una noche la Reina lo descubrió e informó a los ministros del Rey, quien se vio forzado a expulsarlo.
Cuando se encontraba en el exilio en Tshawarong, Vairochana aceptó como discípulo a Yudra Nyingpo, y más adelante a Pag Mipham Gönpo, a través de los que se estableció la continuidad de la instrucción oral sobre algunas de las series secretas de Dzogchen .
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FUENTE: http://aroencyclopaedia.org/shared/text/s/semde_ar_spa.php
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