20090710

-PADMASAMBHAVA Y EL SEXO

Algunos episodios de la biografía de Padmasambhava resultan realmente inquietantes. El relato de Yeshe Tsogyal presenta escenas de canibalismo, real o simbólico; actos de violencia extrema, y una sorprendente actitud ante la sexualidad, que no deja de llamar la atención . Dice el texto: "Indrarajá, un insignificante rey del país de Urgyan, habíase vuelto enemigo de la religión y lo mismo hicieron todos sus súbditos siguiendo su ejemplo. Padma se presentó allí bajo el aspecto de una de las divinidades destructivas, y despojó al rey y a todos los hombres no creyentes de sus cuerpos, privándolos así de la posibilidad de seguir sembrando mal karma; luego, transmutando mágicamente los cuerpos, bebió la sangre y comió la carne. Liberó los principios conscientes de esos seres, e impidió que cayeran en los infiernos. Poseyó a todas las mujeres que encontró, con el objeto de purificarlas y prepararlas para ser en el futuro madres de hijos con inclinaciones religiosas." Podríamos pensar que Padmasambhava pretendió una transmisión de sus capacidades y potencial por vía genética, plantando la semilla cuantas veces fuera posible para asegurarse que perdurara entre la raza humana. En general, su conducta en relación a la moral sexual de la época fue completamente anómala e hizo caso omiso de cualquier tipo de precepto convencional relativo a los vínculos carnales. Son múltiples los momentos en que su biografía muestra completa libertad al respecto, y no es menos significativo que se cuenten seis consortes a lo largo de su vida. Quizá sean episodios como el citado anteriormente los que han dado pie a la ambigua expectativa que siempre se abre sobre la sexualidad y el budismo tántrico. Es cierto que ciertas escuelas, en especial los Nyingmapas, consideran que las prácticas sexuales de Padmasambhava y su voluntad testimoniada de dejar descendencia abundante fueron hechos esotéricos al servicio del Dharma. Se trata de un punto de vista concordante con la presencia en esa escuela de linajes hereditarios, que han transmitido de padres a hijos las enseñanzas y las iniciaciones correspondientes. Podríamos pensar que, remontándonos generación tras generación, encontraríamos el origen de esas familias elegidas en alguna de las proezas sexuales que se atribuyen también a Padmasambhava: no en todos los linajes es la vía de la reencarnación la que asegura la transmisión, sino también los vínculos de sangre de padres a hijos. Y él, Padmasambhava, que se presentaba a sí mismo nacido sin padre ni madre, se mostró bien ocupado en dejar descendencia.

Su misterioso origen, hijo de un rayo, nacido del loto gigante, y su inquietud eugenésica abren sin duda un sinfín de interrogantes que aquí sólo quedan insinuados. La cuestión de las prácticas sexuales tal vez sea menos relevante que el para qué quiso llevarlas a cabo. Quiso transmitir su estirpe, y asegurar herederos abiertos a la dimensión religiosa, o al menos así se interpreta. El sexo con hembras humanas resultó para ello necesario; pero, ¿cual fue su origen?, ¿de qué raíz quiso Padma dejar simiente?


Fuente: "Epítome de la biografía del Gran Gurú", por Yeshe Tsogyal, en W.Y.Evans-Wentz editor (1998): Libro tibetano de la gran liberación, Ed. Kier, Buenos Aires. Pág.172

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