No hay otra luz brillando sino aquella
que el propio sol dejó hoy en tus manos.
El rayo incandescente del verano
la misma oscuridad en limpio sella,
.
la colma de purezas y su huella
te eleva donde el cielo es sólo humano,
alzándote en silencio; y en lo vano
se prende el brillo ciego de tu estrella.
.
Un poco más allá, como si fuera
el aire dimensión donde esconderte,
refugio aéreo e ilusión primera
.
que habrá que recorrer vivo o inerte.
Dorado brilla el sol, en primavera;
el vuelo que se emprende es para verte.
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