20110405

SERVIR AL MAESTRO

Al acabar "Los diez fundamentos del mantra secreto", Yeshe Tsogyal -su transcriptora-, se presenta. De sus palabras llega la emoción de la entrega sincera. Fue la consorte tibetana de Padmasambhava y la principal de sus discípulos. Recogió por escrito la mayor parte de las enseñanzas que de él conservamos y el principal mérito que ella se atribuye es sólo el de su "perfecta memoria". La memoria es quizá la más humilde de las funciones psicológicas humanas, pues en apariencia se limita a reproducir sin más lo antes experimentado. Sin embargo, sin ella, el resto de nuestras capacidades cognitivas serían imposibles. Algo semejante sucede con la entrañable Yeshe Tsogyal: sin ella, las enseñanzas de Padmasambhava quizá se hubieran perdido. Estar en la base es ser fundamental, como ella misma lo es: mujer y raíz, que transmite el testigo antes recibido. Retomemos ahora las palabras con que cierra "Los diez fundamentos..." (Enseñanzas a la dakini, Ed. Imagina, Donostia, 2006. Pág.153): "Yo, Tsogyal, una mujer ignorante, serví al maestro nirmanakaya durante mucho tiempo. En diferentes ocasiones, dio consejos sobre la práctica del dharma que yo persistentemente retuve en mi perfecta memoria, los reuní y puse por escrito en beneficio de las generaciones futuras. Puesto que estos consejos no debían ser divulgados en el momento presente, oculté estas enseñanzas como un precioso tesoro. Puedan éstas cruzarse en el camino de las gentes dignas a las que van destinadas."

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