
Gurú Rinpoché y su consorte Yeshe Tsogyal meditaron y practicaron diversos rituales tántricos en Drak Yerpa durante siete meses, en la cueva de Dawa Puk. El lugar pasó a ser considerado uno de los más favorables para la realización, y se convirtió en destino de retiro para numerosos discípulos de Padmasambhava. En él meditaron Songtsen Gampo, Lama Tsongkhapa, Atisha, los primeros Karmapas... En el paraje se edificaron pequeños templos y edificios de apoyo para los eremitas, se consagraron estupas y se cuentan más de 80 cuevas de retiro. Está poblado de múltiples señales de devoción. Sin embargo, no cabe atribuirla en exclusiva ni a Padmasambhava ni al budismo, ya que hay restos anteriores a su presencia que indican que el
lugar era ya considerado especialmente favorable por los pobladores más antiguos de la zona. El valle de Drak Yerpa se encuentra a unos veinte kilómetros al noreste de Lhasa, y si bien Lhasa es considerada el centro espiritual del Tíbet, para los tibetanos es Drak Yerpa el eje y la raíz de la que se nutre Lhasa. El valle y las montañas que lo rodean son para la tradición vajrayana manifestaciones físicas de Tara, el principio femenino del budismo tántrico, y simbolizan la actividad de iluminación.
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