"Si practicas el dharma, debes abandonar cuatro clases de defectos.
La dama Tsogyal preguntó: ¿Cuáles son?
El maestro contestó: No basta con practicar de vez en cuando, tu práctica ha de ser incesante como el fluir de un río.
No basta alcanzar la experiencia de ver espíritus; debes liberar tu mente por medio de la práctica del Dharma.
No basta con una conducta forzada y artificial, ésta ha de ser natural y espontánea.
No basta mostrar respeto y hacer promesas; debes servir realmente a los pies del maestro.
En cualquier caso, aquí los practicantes no están libres de esos cuatro defectos. En el momento de la muerte morirán como gente corriente y cosecharán las consecuencias."
Habitantes del cielo, las Dakinis conservan las palabras de Padmasambhava y las hacen llegar en el momento oportuno, a quien deba escucharlas. Se dice que en el décimo día tras la luna llena están especialmente presentes entre nosotros.
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