-PLATILLOS

En los rituales tibetanos, el sonido juega un papel destacado. La "liberación por la escucha" es un principio que opera en buena parte de sus prácticas y el acompañamiento con tambores, trompas, oboes, cuernos y caracolas permite ofrecer su resultado musical a las divinidades, pero también detener el flujo de los pensamientos en los practicantes, al sintonizarse con los sonidos que producen y reconectar con la misma realidad divina que son. Los platillos actuan en cierto modo como los directores del ritual y su uso, sólo en apariencia libre, está en realidad codificado a reglas perfectamente definidas por la tradición. Quienes los sostienen lo hacen en posición vertical y a menudo describen circunvoluciones al manejarlos; actúan también como signos de puntuación que mantienen el ritmo en la recitación sagrada de ciertos textos. Pueden ser lisos ("sylnyen") o presentar un abultamiento en el centro ("relmo"), ofreciendo estos últimos un sonido más sordo que los primeros.
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A partir de: Lama Chöky Sengue, "El templo tibetano y su simbolismo". Ed. Chabsol, Huesca, pág.107
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