20100219

-AURORA 2137 (II)

En ciertas ocasiones el silencio
responde claramente y con más fuerza:
propone sin palabras
lo que importa
y aquello que se quiso queda en nada,
el eco delicado se deshace,
la imagen clamorosa pierde empuje,
el ritmo de la sangre se dispara.

Un sueño enaltecido ante las nubes
que vienen y se van,
como hacen siempre,
deshace al apagarse la esperanza.
No hay más que un solo instante
entre momentos
que vagamente son viejo espejismo,
igual que el viento es sólo aire que pasa.
Girando hacia uno mismo
siempre se halla
la madre oscura, inmóvil,
que gana cuando pierde sus batallas.

De todo está llegando la enseñanza.

La vida es la maestra y siempre habla,
también cuando no hay voces
ni dicen ni aparecen ni se espera
de nadie nada más que su mirada.
La noche se retira;
el alba aguarda
ardiendo ante la puerta, agazapada.

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