20110308

TEMPLOS

La arquitectura puede ser también expresión de lo sagrado. Pocas civilizaciones han llevado esa verdad a una conciencia tan clara como la tibetana, en la que prácticamente todos y cada uno de los elementos constructivos de un edificio religioso están codificados como recordatorio y manifestación del Dharma. Kalu Rinpoché dirigió en los años 80 la edificación de un templo en el Bois de Vincennes, en las proximidades de París. La imagen, si bien pequeña y fragmentada, permite recordar algunos de sus mensajes cifrados, presentes ya en la construcción de templos como el de Samye, primera gran proeza de Padmasambhava en el Tíbet:


-Los cuatro peldaños entre el suelo y la plataforma del edificio corresponden a las "cuatro atenciones perfectas" (al mundo, al cuerpo, a las sensaciones y a los contenidos de la mente)
-Los cuatro pilares del porche son las "cuatro nobles verdades"(el sufrimiento, las causas del sufrimiento, la cesación del sufrimiento, el camino hacia la cesación del sufrimiento)
-Las cuatro paredes simbolizan las "cuatro actividades" en beneficio de todos los seres (pacificación, acrecentamiento, poder, furia)
-Los tres pisos significan los "tres cuerpos del Despertar" (cuerpo Absoluto, cuerpo de Gloria, cuerpo de Emanación)
-La marquesina nos recuerda la preeminencia de lo espiritual sobre lo temporal.
-El friso rojo indica que el Dharma puede conducir a los seres hacia las tierras puras creadas por la mente de los Budhas.
-Las ventanas corresponden a la visión ilimitada que percibe en todas las direcciones del horizonte.
-El techo equivale al final de todo sufrimiento.
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FUENTE: El templo tibetano y su simbolismo, de Lama Chöky Sengue. Ed. Chabsol, Graus, 2008. pág.28

2 comentarios:

Mandàrava dijo...

Vaya! me encanta descubrir todo lo que vas publicando :-)

Anónimo dijo...

Se trata de una indagación pública, como dice el título del blog. Hay cosas que las voy aprendiendo mientras las escribo; si os interesan, muchísimo mejor aún.
Un abrazo,