20100831

-PINÁCULOS DE ORO

En los techos de los templos tibetanos es frecuente encontrar remates ornamentales en las cúspides de sus tejados, y a menudo, aparecen recubiertos en tonos dorados. En la fotografía se pueden apreciar dos distintos; el más próximo adopta la forma de las "banderas de la victoria" pero no en tela, sino realizada en metal, y simboliza como aquéllas el triunfo del Dharma sobre las negatividades y obstáculos. La que se aprecia más confusamente al fondo es propiamente un pináculo ("tsertok", en tibetano), de rico simbolismo. No buscan los constructores de templos plasmar sólo un motivo decorativo, sino construir un recordatorio peremne de ciertos elementos fundamentales de las enseñanzas budistas. Si bien en la imagen no se puede distinguir con precisión, cabe señalar que el pináculo culmina en una figura esférica que simboliza la joya que realiza todos los deseos, y los sucesivos estrechamientos desde su cima hasta el fundamento son expresión de los distintos compromisos de la práctica budista, algo así como cinturones que sujetan y sostienen: los votos sagrados del Bodissatva en lo más alto, la compasión y la fe en la zona central, o la atención y la vigilancia sobre la base. En el espacio medio aparece la campana, que ofrece en el mundo la vibración en que resuenan las enseñanzas, y el soporte inferior son los peldaños que nos ofrecen las Tres Joyas: Budha, Dharma y Sangha. En el pináculo dorado suelen ocultarse mantras escritos y reliquias de antiguos maestros, cumpliendo globalmente una función análoga a la de una antena de compasión y sabiduría: difunde hacia el mundo permanentes bendiciones y enseñanzas continuas.
A partir de: "El templo tibetano y su simbolismo", pág.32

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