20100608

-LLAMARADAS

Permite al día que venga en la mirada
de nubes que se asoman en el cielo,
borrando de los sueños su esperanza.
El sol cuando amanece se hace nada.
Un tiempo en claroscuro, dulce, amarra
anhelos indecisos y destaca
-mejor que en su contraste- cuanto arrastra
al fondo del abismo:
allí se acaba.
Detrás de sus efectos queda el alba.
Renacen luego sombras, luego espadas,
después evanescentes más palabras;
detrás de todo, intacta,
la misma realidad deshecha en cómicos
fragmentos. Obligan a esperar sin más nostalgia.

Anclándose al momento si es confuso
se encuentra sin buscarla, en paz,
la viva llamarada de las almas.
Se enciende en las tinieblas;
no se apaga.

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