20110918

LLEGANDO AL TIBET

La llegada de Padmasambhava al Tíbet posee una fuerza extraordinaria y su relato es altamente visual: muy plástico. No solo podemos sentir su presencia por el sometimiento simultáneo de las divinidades maléficas que acompañó a sus pasos, sino también por los prodigios destacados que sucedieron en el encuentro con el rey Trisong Detsen. Tras Padma, los demonios se convertían en servidores y protectores del Dharma; en "Epítome de la vida y doctrinas del gran Gurú tibetano Padmasambhava" se relata así el momento de su entrada en el País de las Nieves: "Padma viajó luego hacia el Tibet y a su paso iba sometiendo a todos los seres demoníacos que encontraba; y su primer lugar de descanso fue en TodLung, a unas doce millas de Lhasa. El rey tibetano envió a sus dos principales ministros de estado a recibir a Padma, con cartas y obsequios y 500 criados a caballo. El propio caballo del rey, enjaezado con montura de oro, fue enviado a Padma. Cuando esta numerosa delegación se reunió con Padma, estaba sedienta; y como en ese lugar no era posible conseguir agua, tomando un largo palo, Padma golpeó una roca de la que brotó agua, y hombres y bestias calmaron su sed. El rey con su comitiva se dirigió a Zug-Khar, cerca del desfiladero de Hapori, para recibir a Padma. La gente se había reunido allí en grandes multitudes para saludar a Padma; éste fue seguido en procesión, con acompañamiento de música y bailes ejecutados por danzarines enmascarados, hasta Lhasa, donde se realizó una gran festividad. Cuando el rey y Padma se encontraron, este último no se inclinó ante el rey, y al ver que el monarca esperaba que lo hiciera, Padma le dijo: "Tú has nacido de un vientre materno; yo he nacido de un loto, y soy un segundo Budha." Entonces después de referirse a sus poderes y conocimientos yógicos, Padma añadió: "Oh rey, puesto que he venido para tu bien, tu deberías inclinarte ante mi." Y alargando sus dedos en dirección al rey, de las puntas salieron llamas que quemaron las vestiduras del monarca; también hubo rayos y truenos y terremotos. Ante esto, el rey, sus ministros y todo el pueblo se inclinaron ante Padmasambhava."
FUENTE del texto: Evans Wentz, El libro tibetano de la gran liberación. Ed. Kier, Buenos Aires, 1998, pág. 240

2 comentarios:

odiseo dijo...

He escuchado que en una plática con el rey Trisong Detsen, Guru Rinpoche le menciona la frase "Desde ahora hasta el momento de tu muerte tu vida pasará como un relámpago". He intentado buscar una anécdota más amplia de este episodio pero no la encuentro en ningún lado. ¿tendrán una referencia que me sirve de ayuda? Saludos y gracias por su blog.

Anónimo dijo...

Ahora mismo no puedo contestarte, pero lo intentaré. Gracias por tu comentario,