
.
Su representación varía, si bien presenta algunos patrones visuales más o menos constantes: suele aparecer como una piedra ovalada y cristalina, enmarcada en una aureola de llamas o destellos, pero también se la muestra a veces como un cristal de roca con seis columnas estilizadas. En otras ocasiones se la identifica con una perla gigante acompañada de una corona de rayos.
.
En cualquier caso, se trata de un elemento esencial de la iconografía búdica, y es Avalokiteshavara quien suele portarla. Las propiedades que se le atribuyen incluyen la capacidad de convertir las aflicciones en sabiduría, así como reconocer la comitiva de Amitabha en el lecho de muerte. Es importante remarcar la conexión entre mente y deseos: de algún modo, parece indicársenos que lo que nos sucede depende de cuál sea nuestro modo de pensar. Domar la mente es favorecer la realización. Lo que en verdad se desea, plenamente, abriendo la mente a la verdad que somos, llega a nosotros.
.
En cualquier caso, se trata de un elemento esencial de la iconografía búdica, y es Avalokiteshavara quien suele portarla. Las propiedades que se le atribuyen incluyen la capacidad de convertir las aflicciones en sabiduría, así como reconocer la comitiva de Amitabha en el lecho de muerte. Es importante remarcar la conexión entre mente y deseos: de algún modo, parece indicársenos que lo que nos sucede depende de cuál sea nuestro modo de pensar. Domar la mente es favorecer la realización. Lo que en verdad se desea, plenamente, abriendo la mente a la verdad que somos, llega a nosotros.
.
.
.
.

.
Fuentes:
- H.W.Schumann (2007): Las imágenes del budismo. Ed. Abada, Madrid
- http://es.wikipedia.org/wiki/Chint%C4%81mani
- H.W.Schumann (2007): Las imágenes del budismo. Ed. Abada, Madrid
- http://es.wikipedia.org/wiki/Chint%C4%81mani
No hay comentarios:
Publicar un comentario